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miércoles, 27 de mayo de 2009

SARA ROSA CAMPOS CONCHA POESÍA INGENUA Y PROFUNDA (V Parte y final) por MARIO DÍAZ MOLINA.

Después de leer con detenimiento los poemas inéditos de Sara Campos, los que se han logrado rescatar del olvido y de los archivos del pasado, podemos afirmar, una vez más, que se trata de una creación significativa para la comunidad linarense y, principalmente, si se considera desde la perspectiva de la educación y formación del sentimiento patrio y de la transmisión de los valores propios de nuestra idiosincrasia chilena.
Rescatar estos valores poéticos no es fácil en el Chile de hoy. Vivimos en un país fragmentado y en el tema cultural, más sectario que respetuoso de la diversidad cultural existente. Hay un ansia enfermiza por aplastar el mérito intelectual y estético a favor de la pasión ideológica. Hay concursos literarios controlados totalmente por escritores, ideológicamente marcados, que no titubean en sacrificar creaciones literarias que tienen un contenido estético, social y político diferente al de ellos. Frente a este tema hay una ingenuidad o una verdadera estupidez de ciertas autoridades que le dan cabida a estos literatos susodichos que están socavando los fundamentos culturales de sus mecenas y favorecedores. Existe el mito maldito que, para ser un buen poeta, hay que ser de izquierda o, simplemente, comunista. ¡Qué estupidez! Pero, hay lacayos de estas ideologías que están ubicados convenientemente en ciertos entes culturales que se suponen pluralistas y abiertos a todos los creadores y artistas, incluyendo, por supuesto, a los de orientación derechista, democratacristiana, radical o aparentemente independientes o apolíticos. Esto es ser tolerante y tener una práctica democrática auténtica. Lamentablemente, esta intolerancia es un signo que se reproduce en ciertos medios de comunicación social, cuyos dueños y empleados de confianza mantienen prácticas que vulneran la libertad de expresión. Es decir, el otro lado controlado por la actual ideología de dominación, tampoco se caracteriza por su respeto a la diversidad cultural chilena, cada vez más múltiple. Por esto, se hace necesario establecer prácticas de verdadero respeto a la libertad de opinión y de creación de los sectores populares.
Para rescatar valores literarios como el de Sara Campos, hay que implementar verdaderas redes que estén comprometidas en dar a conocer a la opinión pública, nacional e internacional, esta riqueza, que el materialismo intolerante y militante quiere acallar para privilegiar a sus poetas o narradores emergentes que ellos presentan como el único aporte a la vida cultural chilena. Los humanistas cristianos tenemos que organizarnos para crear colectivos culturales que fomenten la poesía inspirada en la trascendencia y en los valores socio-religiosos que son las raíces cristianas de la democracia moderna chilena y occidental.
Chile tiene un fundamento histórico cultural profundamente religioso que, sólo profundizando la democracia, será posible acentuar en medio de la invasión neo-marxista y neo-liberal que con muchos recursos políticos y económicos se está implantando en el seno de nuestra sociedad. Frente a esto, no podemos ser neutrales.
Hay que crear revistas, diarios, radios, canales de televisión comunitarios, sustentados en un sistema cooperativo con miles de socios colaboradores. Tenemos recursos como INTERNET para crear redes internacionales. Esto ya no es utópico. Hoy es posible que una Sara Campos sea conocida con su obra poética en todo el mundo. Hoy, es posible demostrar que hay miles de poetas creyentes y que el ‘excremento seudo-cultural’, lleno de intolerancia y de deshumanización que aflora en ciertos diarios, revistas, radios, canales de TV, incluso de Internet, no es la única creación emanada de la esencia de nuestra sociedad chilena y de cualquier otro pueblo del mundo.
Al lado del feísmo, del satanismo, de la seudo-religión del ocultismo, muchas veces propagados a través de los medios masivos de comunicación social, por ex-izquierdistas fracasados que lo único que les queda de su fracaso histórico es su odio al catolicismo y a los valores religiosos de otros credos, es necesario fomentar una cultura cristiana alternativa. Son estos sectores los que, usando el prestigio de la ‘National Geography’ promueven la mentira del hallazgo de la supuesta tumba de la familia de Cristo (esposa e hijo), el mismo mito del Opus Dei, del Código Da Vinci y otras falacias son calumnias propias de los cadáveres de ideologías muertas que, como serpientes decapitadas, aún pueden hacer daños con sus coletazos moribundos debilitando la fe del pueblo. Para nosotros, siguen siendo valores literarios la ternura, el amor, la inocencia de un niño, etc., porque es realmente insensato decir que se trata de ‘valores reaccionarios propios de la burguesía’. Pretender crear un ‘hombre nuevo’ sin estos valores es lo que intenta imponer en Chile cierto materialismo ideológico que aspira a vivir exclusivamente de una acción anti-burguesa. Sara Campos le canta a los valores permanentes de un humanismo cristiano, popular y de profunda belleza. Una expresión de estos valores es la canción de cuna que a continuación les invito a leer y a contemplar con sensibilidad y un sentido cultivado por la armonía literaria inspirada en la trascendencia humana.

MI CUNA (Poesía de Sara Campos Concha) ‘Nidito en encajes y tules es mi cuna primorosa, le bordé en sueños azules con esperanzas hermosas. Ha florecido en mi cuna un botoncito de rosa, hecho de carne y de luna y de esencia candorosa. Se ha enredado aquí en la cuna esta manzana olorosa, espiga de mi fortuna, hidria de vid venturosa. Prendido en mi cuna fragante, delicada y temblorosa, un capullo palpitante hecho de carne y de rosa. Mi sangre aquí ha florecido en botón de lirio y nardo, y en mi cuna se ha dormido tierno trébol de mi prado. Es perfume de mi aliento y latir de mis latidos, sustancia de mi sustento y razón de mis sentidos. Tiene arrullos y vagidos, mi cuna, corola y verso, con ellos prolongo un himno al creador del universo. Dios me ha enviado este prodigio, milagro hecho rosa y carne, por no despertar su hechizo, yo no me atrevo a mirarle.’

SARA ROSA CAMPOS CONCHA POESÍA INGENUA Y PROFUNDA (IV Parte) por MARIO DÍAZ MOLINA.

Sara Campos, pertenecía a la clase media chilena y su visión poética no era ajena a esta situación socio-cultural. Ella exalta el mérito, el esfuerzo profesional. En su propuesta romántica la configuración del mito social predomina sobre la elaboración ideológica. Sin embargo, no pierde el sentido de la realidad social e histórica. Esto es posible constatarlo
a través de una lectura inteligente de su poesía. Por mito social se puede entender una construcción intencionada de la realidad, que tiene una raíz más instintiva que racional, pero que no es anti-racional. Es decir, es posible seguir la secuencia de la construcción con elementos de racionalización que hacen posible una visión legible o lectura palpable de esta realidad. Lo anterior se da en la creación poética de Sara Campos. Su poesía no la escribió para satisfacer los intereses de un partido político determinado ni hacer proselitismo a favor de una ideología. Esto es muy claro, pero no se escribe en un vacío social. La poesía no puede ser asocial, refleja en sus expresiones o en sus omisiones el fondo cultural del autor o autora. De la misma manera que votar nulo en una elección, es rechazar, de alguna forma, las alternativas que se proponen para cambiar algún aspecto de la realidad que seguirá fluyendo y que no podrá dejar de tolerarse o aceptarse. La neutralidad no existe en este ámbito social del lenguaje humano. Sólo se puede renegar de una dimensión constitutiva de nuestro ser, precisamente, porque se posee. La literatura es una erupción que emana del trasfondo de la vida social-política-económica-cultural, de la cual surge el poeta o poetisa. Estos criterios se pueden aplicar a la poesía de Sara Campos. En el poema Don Manuel Rodríguez, Sara segrega su alma romántica, su patriotismo fundamental sobre el cual le canta a un hombre legendario, prototipo de un chileno generoso, con conciencia social, con una ideología libertaria y humanitaria; un revolucionario, modelo para nuestro tiempo o para el futuro de una lucha liberacionista que, para ser tal, tendrá que ser dirigida por líderes que no estén enceguecidos por el odio de clases que impide leer la historia con sabiduría y talento político y militar. Manuel Rodríguez no era un santo, pero su perspectiva valórica se nutría del catolicismo histórico y de las relecturas que en este medio cultural-religioso fue posible hacer, desde el pensamiento ilustrado francés. Los cristianos católicos de la época, que tuvieron conciencia de los derechos del hombre, entre ellos Rodríguez, leyeron el evangelio aplicado al momento.

POEMA: “DON MANUEL RODRÍGUEZ”
“Guerrillero patriota, joven de treinta años, pleno de energías, de ideal y humor, por la independencia de la patria amada entregó su ardor. Dio su habilidad, agilidad, astucia, su gran magnetismo, toda su atracción; tanta simpatía, todo su heroísmo, todo el corazón. Él era abogado, licenciado en leyes que supo lograrlo a empuje y tesón. Siempre con argucias, siempre discurriendo, tal su vocación. De oratoria fácil, de palabra fluida, para encender ánimos, convencer razón; desmoralizados por la reconquista oyeron su voz. Todos los caminos Don Manuel pasaba, portando mensajes de liberación; en la cordillera no hubo vericuetos que él no conoció. Su alma vibrando, su labio silbando, su boca entonando traviesa canción, nunca estaba triste, siempre alegre, alerta, la patria lo vio. Entre el pueblo andaba y éste le ayudaba, le reconocía su innato valor; casi lo adoraban y le veneraban su dedicación. Vivía entre el pueblo, con él departía y él, en sus disfraces, al pueblo imitó, lo hacía con gracia, con gran picardía y nunca falló. Cuántas ocasiones salió a vender velas y a vender tortillas, con listo pregón y de la calesa, abrió la puerta a Marcó del Pont. Tantas, tantas veces, del feroz San Bruno, que lo perseguía con saña y rencor, huyó disfrazado de cualquier borracho que al cepo llegó. Otras, cuántas veces, era misionero o era sacerdote de retraída acción; tocando las cuentas de un santo rosario, con gran devoción. Y por los caminos por donde él pasaba, dejaba en los aires perfumes de amor: cual galán eterno, siempre el preferido, siempre un picaflor. En las montoneras y entre las guerrillas que él organizaba, siempre intercedió; hasta los bandidos dieron, Neira y otros, su cooperación. Ya estaba en el norte, enseguida al este, ahora en la costa, cualquier dirección; era cual fantasma que está en todas partes, dando confusión. San Martín lo enviaba a sonsacar datos; él iba a Mendoza, riesgos y actuación; traía a los patriotas grandes esperanzas de emancipación. Y cuando la patria ya era casi libre y ostenta el gobierno el Supremo Director, Manuel, prisionero, llevado en engaño, en Til-til calló. Lo dejaron suelto como un gorrioncillo y que alzara el vuelo como Dios mandó; pero un alevoso tiro, traicionero, su espalda hirió. Y allí, sobre el suelo de la patria amada, que tantos desvelos siempre le ofrendó, como un pajarillo herido en el alma, su cuerpo sangró.”
Manuel Rodríguez es un patrimonio nacional, del cual no se pueden apropiar los que usan la violencia en forma anti-histórica y arrastran a los sectores populares a un conflicto que termina en una masacre de ellos mismos.
No era esta la estrategia del guerrillero. Su acción bélica era racional y sabía luchar contra los poderosos. Sara Campos, captó esta cualidad del prócer popular chileno. Con ella somos rodriguistas en su real sentido.

SARA ROSA CAMPOS CONCHA POESÍA INGENUA Y PROFUNDA (III Parte) por MARIO DÍAZ MOLINA

La intolerancia no está superada en todos los sectores de la cultura. Funcionan verdaderas mafias que se han apoderado de entidades culturales que por su cometido público, debieran ser pluralistas y abiertas. Algunos se creen con el derecho de imponer modas y discriminan a quienes no se regulan por sus criterios. En algunos concursos literarios se aplican “medidas ideológicas” que descalifican a los artistas de inspiración religiosa. Esto también es común en algunos medios de comunicación social masivos.
Max Weber, sociólogo alemán, sostenía que expresar la propia identidad y las opiniones personales, permitía conocer la real posición de las personas sobre temas importantes. Pero, para esto, la tolerancia es absolutamente necesaria. Es decir, el respeto a la diversidad es válido, cuando se conocen las diferencias culturales e ideológicas de las personas. Hay “personeros de la cultura” que no pertenecen al mundo democrático de la cultura del siglo XXI, y abusan de su poder.
Lo anterior se dijo, para referirnos al espacio literario que se le debe reconocer a Sara Campos, por sobre sus creencias y valores tradicionales.
La creación de Sara Campos tiene en su fondo una iluminación religiosa y contemplativa. Un crítico literario ateo
o agnóstico, tal vez, no comparte este espíritu, pero debe tolerarlo y respetarlo; analizando el texto literario como tal. No creo que esta actitud sea fácil de asumir para los que siguen pensando en términos totalitarios y anti-democráticos.
La promoción de una cultura abierta a la trascendencia es parte de un verdadero programa político-cultural, que debe estar entre los objetivos de una difusión cultural consciente de la diversidad humana.
Hoy los poetas cristianos comprometidos con la liberación de los pueblos latinoamericanos, buscan recrear una nueva síntesis del diálogo fe-vida-belleza-razón. Para este propósito es necesario recuperar las raíces, porque hay que construir en la historia, no en una alucinación ideológica. Las letras cristianas del pasado abundan, pero, no son del agrado de los últimos adoradores de las revoluciones culturales anti-religiosas del siglo XX. Por todo esto, la creación
multifacética de entidades culturales de inspiración humanista cristiana, es urgente.
Parte de esta visión tradicional, es la concepción del mundo rural que se quedó en la memoria humilde de la raza.
Sara Campos, le canta a estos paisajes perennes que rebosan de realidades físicas y subliminaciones meta-físicas,
que elevan la contemplación de la naturaleza a un nivel interior, donde, el sentido humano, celebra la liturgia primigenia de los reinos animados e inanimados. De sus versos surgen “símbolos vitales” qué concentran en su esencia, expresiones de la vida campesina chilena de a mediados del siglo XX.
En el poema El Trigo, encontramos una magnífica personificación, donde el trigo está en pié de igualdad con los otros personajes populares del campo de los pequeños agricultores, que tal vez, se ubican antes de la reforma agraria de los años 60. El pan, fruto del trigo, se convierte, en la poesía de Sara Campos en el cuerpo de Cristo. Es la culminación de la percepción estética-religiosa de la naturaleza. Este elemento literario espiritual sigue siendo válido
para el poeta cristiano actual. Esta poesía de fondo religioso es auténtica, no tan sólo, por su calidad literaria, sino que sobre todo, debe serlo por la vivencia religiosa de su creador o creadora.
El poema El Trigo, refleja una sensibilidad femenina, que en términos literarios, es sobria, no cae en un sentimentalismo fatuo. Además, es una creación inteligente de una mujer culta que fue capaz de ser romántica y socialmente consciente, lo cual es un mérito literario y moral.
EL TRIGO
Quería el trigo, sentir el sol de la primavera y alargó sus siete brazos cubriendo la sementera. Pero el sol quemaba tanto, durante el mes de noviembre que resecó sus bracitos aniquilados de fiebre. Dicen que este es un milagro que Dios le concedió al sol para menguar el delito de irradiar tanto calor. Todos los dedos del trigo transformados en espiga, están cuajados de oro de luminosas pepillas. Por eso el buen campesino, que es listo para mirar, trajo muchos segadores con sus oses a cortar. Luego vino el carretero con horquetas a llevar las gavillas ampulosas, de carga tan singular. Y en la era van dejando aquel precioso montón, pues, hay jinetes que esperan con impaciencia de acción. Son artífices las yeguas desgranando aquel joyal, con gritos imperativos girando en un carrusel. Ahora vino la avienta, ya sopla travieso el sur traspalando al grano rubio se purifica su luz. Luego lleva la carreta, muchas talegas de trigo guiando el quejido lento hacia el lejano molino. Que muelan luego las piedras que la harina hay que ocupar porque los niños del mundo a su madre piden pan. Que del corazón del trigo harina flor sacarán y en la Iglesia será Cristo consagrado en el altar.
En estos versos, lo profano tiene un alma religiosa natural que es parte de una totalidad.

SARA ROSA CAMPOS CONCHA POESÍA INGENUA Y PROFUNDA (II Parte) POR: Mario Díaz Molina

Del libro “Diez mujeres en la historia de Chile” de Sara Campos (Libro que no alcanzó a publicar) “Diez mujeres en la Historia de Chile es una obra poética que ofrezco, en modesta contribución, al Año Internacional de la Mujer. Tiene como objetivo destacar las imágenes de diez mujeres que, en situaciones y épocas diversas, han tenido una actuación sobresaliente en el transcurrir de la vida nacional. Seleccioné a las que aquí figuran, por parecerme que representan una especie de rúbrica a la calidad y capacidad de la mujer chilena.” Algunos fragmentos del libro citado: “Arguye ferozmente y exaltada; que entrega el hijo a quien ahora es hembra y trocado en mujer, por su deshonra, tendrá que amamantarlo, como enmienda. Que no quiere ser madre de un infame, que de un infame padre haya nacido. Y dejando al pequeño renegado, huye al bosque insensible al cometido. Caupolicán es el jefe aniquilado y es trofeo en las huestes españolas, es el padre y varón que fue humillado y al que luego, el martirio, hará aureola… Y Fresia, quizá oculta entre la selva, exhausta en la explosión de su osadía, bajo el amparo agreste de algún árbol, sufrirá postrada y desvalida, cual trémulo huemul, cayendo inerte, con la flecha clavada en una herida, así, lela, quejosa y agobiada, con un dardo en el alma, llorará dolida” (Poema Fresia). “Del tiempo de la colonia, es una dama genuina, con alcurnias y abolengos, de alta cuna y distinguida. Es el cielo de sus padres, lucerito que encandila y de su trío de hermanos, la regalona y amiga. Es rosa que orna el hogar, una rosa que da vida; es cofre de la algazara y campana de alegría… Sola, pobre, atormentada, y el corazón hecho trisas, su espíritu vive en Chile, y su cuerpo en Argentina…Un día vuelve a la patria con baúles de vigilia, siendo ya la independencia, aurora reconocida.” (Poema Doña Javiera Carrera). “La más tierna y abnegada, que el mundo pueda brindar; darse entera por los suyos, sólo vivir para amar. Su vida entera es cariño con devoción y ansiedad, servir y ser necesaria: sólo vivir para amar…Ella mitigó dolores, dio alivio a la enfermedad, alentó a los decaídos, confortó la adversidad… Así, Rosario y su padre, fueron devueltos al lar, a recibir desagravios por su heroica soledad. Ellos volvieron ajados, tristes en fatalidad, pero no fueron vencidos, ¡por la patria, eso, jamás!. Y a ella, la dulce, la tierna, que vivió por los demás, trayendo al lado a su padre, le devolvieron su paz” (Poema Doña Rosario Rosales, Chilena, hija de Don Juan Enrique Rosales, Vocal de la Primera Junta de Gobierno. Acompañó a su padre al destierro de la Isla de Juan Fernández, después del Desastre de Rancagua). “…Pues, Valdivia traía a dos mujeres, en excelsa embajada a esta región; Inés de Suárez, desde España, María del Socorro, desde Dios. Dos mujeres, llegadas las primeras desde el mundo extranjero a una misión, portando en el mensaje de sus rangos, fe cristiana y civilización. Y fue una gracia de los cielos que en este recóndito rincón, los próceres de nuestra Independencia te ungieran Majestad de la Nación…Desde entonces Señora del Carmelo, has ganado de tu pueblo el corazón, porque cada chileno cedió el pecho, para alzarte ahí un trono de amor…” (Poema Nuestra Señora del Carmen) “Gaviota que naciste en playas de ladrillos cruzadas por la red; gaviota, floreciendo en raqueta de sueños, tus lances prodigiosos, virtuosa del set. Gaviota más veloz que tímida gacela, que jugaba a volar y un lucero alcanzar; gaviota, siempre alzando las alas más arriba en constante lograr. Gaviota del single victorioso, resistente y tenaz; gaviota del saque venturoso y del game triunfal. Gaviota, blanca novia del tenis, floreciendo modestia y sencillez; desde tu corazón ardían los copihues, ansiando descollar de intrepidez. Un día el cielo patrio fue pequeño y alzaste las alas más y más; y arribaste a Inglaterra tras la fama, gaviota de ultramar. Y en Wimbledon, en pos de aquella meta, el santuario del tenis, tu ideal, reinaste con el cetro de los ases y corona mundial. Lloraste en un copihue emocionado y el tricolor se alborotó triunfal; lograste el galardón que ansió tu sueño; ser estrella del tenis, ¡Gaviota sin igual!” (Poema a Anita Lizana, tenista chilena de categoría mundial que ganó en Fores Hill, Inglaterra)
Estos fragmentos de la poetisa Rosa del Campo, aunque insuficientes para apreciar toda la magnitud de su obra, reflejan con nitidez que su visión poética estaba constituida por una intuición creadora que fue generando una poesía romántica en el buen sentido de la palabra. Ella dice, refiriéndose a Gabriela Mistral: “Con profundidad y belleza, le cantó a la creación; inmensa en sus fundamentos, en principios y razón. Tejiendo ternura y rondas, en yunque de paz forjó: misterio, mística y ciencia, sentir, bondad y emoción”. Estos mismos versos se pueden aplicar a toda su creación literaria, que nos traen, desde el fondo de nuestra historia, la grandeza de nuestras madres, hermanas, esposas y colegas que siempre han estado presentes en el proyecto histórico de nuestra nacionalidad. El libro “Diez mujeres en la historia de Chile” de nuestra poetisa merece ser publicado en su totalidad. Seguramente, su impresión recuperaría para las nuevas generaciones linarenses, la riqueza literaria de una digna y egregia hija de esta tierra, profesora normalista, Maestra por vocación, un ejemplo tan necesario para el Chile de hoy.

SARA ROSA CAMPOS CONCHA POESÍA INGENUA Y PROFUNDA (I Parte) por: MARIO DÍAZ MOLINA.

SARA ROSA CAMPOS CONCHA (Rosa del Campo)

Nació en Linares el 04 de noviembre de 1921. Estudió en la 1ª Escuela Normal Femenina de Santiago. Desempeñó su profesión de maestra en Santiago hasta su jubilación. Su cercanía diaria a los niños la inspira para escribir una serie de poemas y rondas de gran contenido didáctico. Dedica, además, un poemario destacando el rol femenino en la historia nacional. Otra de sus expresiones artísticas y emocionales fue el canto acompañada de su guitarra. De gran sensibilidad espiritual, era de profundas creencias religiosas lo que se hace notar en su obra poética. Radicada en Linares en sus últimos años fallece el 09 de julio de 1987.
Consideramos que la obra inédita de Sara Campos merece ser dada a conocer a la comunidad linarense por su especial sensibilidad y por el contenido de su obra literaria. Sus dos ‘libros nonatos’, que no alcanzó a publicar: “10 MUJERES EN LA HISTORIA DE CHILE. 10 POEMAS”; “125 POESIAS PARA NIÑOS DE ACUERDO AL CALENDARIO ESCOLAR”, contienen una elaboración poética que refleja su construcción inteligente y sentido didáctico.
En lo esencial, en la historia de las corrientes literarias, la calidad de un poeta sobrepasa las formas. Es decir, que un poeta sea creacionista o modernista o clasicista, etc., no lo hace mejor o peor, porque, la forma literaria es, más bien, la concreción del desafío que su inteligencia creadora tiene que abordar para plasmar la intuición estética que sus versos fijarán en el colectivo cultural de la lengua. El romanticismo de Sara Campos es capaz de cantarle a la vida, a toda la existencia humana. No es una parcialidad arbitraria que se reduce a un sentimentalismo amoroso o infantil, que a veces se le atribuye a cierto ‘romanticismo decadente’. Dos muestras de su creación que demuestran lo dicho:

CANCIÓN DE CUNA (Tema de composición 3er año Escuela normal 1940.)
Tu cuna es mi alma, junco de mi prado; acurruca en ella tu cuerpito amado.
Juegan en mi regazo tus leves ensueños: son barco mis brazos, y tú eres su dueño.
Remaremos juntos el mar de la vida, que las tempestades no nos intimidan.
Duérmete muy quedo, joyita de espuma, mi pecho se mece porque él es tu cuna.
Pajarillo blanco pesando en mi cuerpo; duérmete en mis brazos escuchando el viento.
Duérmete, mi angel, si la noche llega, la luna se enoja porque se desvela.
Mi canción te quiere candoroso y tierno: duérmete, mi hijito, con mi amor eterno.

EL SAUCE
En el espejo de río, el sauce corrió a mirar su cabellera revuelta para poderla peinar.
Pero el sauce que es travieso, jugando el agua a besar, perdió entre las suaves ondas su regalito pascual. Y así quedó para siempre, tratando de vislumbrar y sólo refleja el río la penita de su afán.
Cuando el viento lo acaricia, parece que sollozara, y se desprenden sus hojas como lágrimas al agua.
Lloró tanto en el invierno que en llanto se desnudó, pero mamá primavera, traje nuevo le compró.
Nunca se ha peinado el sauce su melena desgreñada, y así quedó, eternamente, junto al río despeinada.

El romanticismo puede estar o no superado en relación a las actuales corrientes literarias contemporáneas. Si un poeta o una poetisa, deciden escribir de acuerdo al formato de esta concepción literaria y lo hacen con inteligencia, creatividad y sensibilidad, produciendo una obra literaria de calidad. Nadie, con fundamento, los podrá calificar de retrógrados. Todo lo contrario, llevarían impreso el mérito de rescatar exigencias de construcción literarias, como ciertas reglas métricas que, si bien fuero superadas por la poesía moderna, esto no se hizo para cubrir la mediocridad que a veces presentan ciertos versos libres que se creen de vanguardia. Rosa del Campos (Seudónimo de Sara Campos) es una voz ingenua en el buen sentido de la palabra. Lo ingenuo es lo transparente, lo transparente es lo simple y lo simple, en la reflexión filosófica escolástica, es un atributo de lo profundo. Por supuesto, se hace necesario rescatar el sentido semántico de estas palabras, pues la ignorancia del vulgo les ha quitado su verdadero significado. Con Rosa del Campo regresa el romanticismo con ese trasfondo ideológico social que inspiró el proceso de independencia de nuestro país y de toda Hispano-América. Esto lo veremos en los próximos artículos.

domingo, 17 de mayo de 2009

Un Material Didáctico Multimedia de Calidad

Consideramos que los materiales multimedia deben cumplir una serie de normativas específicas o estándares de valoración concretos que nos van a permitir verificar si es certera su valoración como aplicaciones de carácter eficaz. En el presente artículo, al hablar de calidad global de las aplicaciones multimedia la hemos abordado desde tres ámbitos: el técnico-estético, el pedagógico y el funcional. La atracción de un material reside, en gran medida, en su entorno comunicativo; por este motivo, debemos tener en consideración que el diseño de las pantallas sea claro y atractivo, la calidad técnica y estética de sus componentes sea óptima, los elementos multimedia sean los necesarios e imprescindibles y estén dotados de calidad, la integración de los medios sea correcta, etc. En definitiva, resulta inevitable disponer de una interfaz intuitiva, estética, sencilla, orientadora, consistente, adaptada al nivel y edad del alumnado y accesible para todos. Los sistemas de navegación tienen que promover una movilidad óptima y clara a la hora de aplicar y acceder a los diversos elementos del material, permitiendo que el interesado sepa en todo momento dónde está y de qué modo puede conectar con otras partes de la aplicación. A su vez, la forma de gestionar las interacciones con los destinatarios debe permitir la valoración de las respuestas de éstos, respondiendo adecuada y eficazmente a sus acciones. El contenido del material deberá ser significativo, relevante, actualizado, organizado y adecuado respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje al cual va unido y a los alumnos a los cuales se dirige. Se requiere también que haya sido revisado. Damos por sentado que un buen material debe carecer de faltas ortográficas, sintácticas y morfológicas; también presuponemos que los datos que ofrezca deben ser objetivos y estar contrastados. Considerando las premisas anteriores, si la información que presentamos a los destinatarios es considerable, debemos fragmentarla de manera que no se pierda la visión global de la temática abordada y se facilite su manejo. Resulta imprescindible que el material despierte la curiosidad y mantenga el interés del público al que va encaminado, de cara a fomentar aprendizajes significativos relacionados con sus conocimientos previos (es interesante que los docentes también se vean atraídos hacia el material). En ningún momento la aplicación debe llegar a producir situaciones de ansiedad o provocar que los elementos lúdicos actúen como distractores en la adquisición de los aprendizajes. Debemos tener siempre muy en cuenta las características de los alumnos a los que va dirigida la aplicación y los progresos que éstos puedan llevar a cabo mediante la utilización de la misma. La adecuación debe hallarse presente tanto en los contenidos, como en las actividades y en el entorno de comunicación. El objetivo perseguido tiene que tender a potenciar un acceso del material para todos, promoviendo el trabajo autónomo, riguroso y metódico de cada discente.
Es conveniente que los materiales proporcionen variadas actividades y potentes recursos didácticos con el fin de tratar un mismo contenido. El material utilizado debe permitir a los destinatarios: actuar con libertad pero guiando de forma personalizada el aprendizaje en todo momento, intentar involucrar al alumno en su propio proceso de aprendizaje de forma activa y significativa propiciando a su vez, la interacción con sus compañeros y con el propio programa de manera “inteligente” y proporcionar herramientas cognitivas para el máximo uso del potencial del aprendizaje del alumno, estimulando el desarrollo de habilidades metacognitivas y estrategias de aprendizaje. Una correcta adecuación de las actividades y de los diversos recursos didácticos se hace imprescindible si se desean desarrollar habilidades y competencias dentro del proceso didáctico sin perder de vista, en ningún momento, los objetivos preestablecidos. El material tendría que permitir abolir aquellos trabajos repetitivos, monótonos y rutinarios realizados por el docente, permitiéndole dedicarse a estimular el desarrollo de las facultades cognitivas superiores en sus alumnos. La aplicación debería informar tanto a los alumnos como a los docentes de los progresos realizados por los primeros, presentando, si fuese necesario, refuerzos adecuados o actividades con diferentes niveles de complejidad. Resulta primordial que el material fomente una evaluación formativa dentro de los procesos de aprendizaje que promueve. La aplicación debe ser ante todo eficaz es decir, tiene que conseguir alcanzar los objetivos para los que ha sido diseñada; dichos objetivos de aprendizaje deben ser relevantes y coherentes, además de encontrarse debidamente explicitados. El usuario tiene que ser plenamente consciente de los propósitos vinculados al uso del material para ello, los objetivos se deben anticipar de este modo, el discente podrá orientar su aprendizaje desde la primera toma de contacto con la aplicación. Consideramos de gran valía que las actividades de los materiales faciliten aprendizajes significativos y transferibles a otras situaciones a través de una continua actividad mental (siempre en consonancia con la naturaleza del aprendizaje perseguido). La selección de contenidos próximos a la realidad diaria de los destinatarios constituye una premisa fundamental que todo material debe cumplir (este hecho les dotará de una relevancia e interés especial). A su vez, la adopción de un enfoque pedagógico actual en la discriminación de la documentación de la aplicación favorecerá un uso más adecuado y eficaz de la misma por parte del alumno. La adaptación del material multimedia a diversos contextos constituye una condición fundamental. La propuesta multimedia deber ser fácilmente integrable con otros medios didácticos y dentro de los diferentes contextos formativos, adaptándose, con facilidad, a diversos entornos, usuarios o estrategias didácticas. Abogamos por unas aplicaciones programables, abiertas, que incluyan sistemas de evaluación y seguimiento, que favorezcan la continuación de los trabajos empezados en otro momento y que promuevan la utilización de materiales diversos así como, la realización de actividades complementarias y que presenten una relación inversión/eficacia elevada. Con el fin de conseguir abarcar los enunciados anteriores, se hace necesario que: los materiales resulten fáciles de usar, posean un carácter multilingüe, vengan acompañados de una guía de uso o manual (que contenga información sobre: características técnicas, proceso de instalación y desinstalación, manejo del programa, etc.).